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¿Puede una pyme escalar su modelo de negocio? Expertos describen los factores clave para lograrlo

Foto del escritor: Suárez ConsultoríaSuárez Consultoría

Imagen tomada de Freepik. Las pequeñas y medianas empresas en Colombia son importantes generadoras de empleo formal e impulsan el crecimiento económico del país. Pero, al mismo tiempo, enfrentan enormes desafíos para garantizar la sostenibilidad y escalabilidad de sus modelos de negocio.

Si bien es cierto que las pymes han demostrado una particular resiliencia, siguen librando una batalla para hacer que sus modelos de negocio sean rentables, sostenibles y escalables. Solamente superar los primeros años de operación ya es un reto; de acuerdo con datos de Confecámaras, la tasa de supervivencia en cinco años de las pymes constituidas como personas naturales es del 30%.  Aunque el último informe de Dinámica de Creación de Empresas elaborado por Confecámaras muestra que se ha mantenido estable la constitución de empresas en el país, con un total de 174.937 en el primer semestre del año 2024, cabe preguntarse si están las condiciones para garantizar la viabilidad de dichos proyectos empresariales. 

“La supervivencia del emprendimiento estará casi siempre sujeta a la entrada al mercado, a la planeación de negocio y al financiamiento; así como a confrontar el sueño contra un análisis racional”, asegura Juan Méndez, director de KPMG Private Enterprise. 

Uno de los principales errores de las empresas pequeñas es asumir que no requieren tener una estructura financiera desde el momento uno. “Cuando se habla de pequeños modelos de negocio, sean tradicionales o de base tecnológica, dependiendo del ciclo de venta y del tipo de producto (bienes o servicios), dar soporte financiero al plan de negocio es crucial”, agrega Méndez.


Crecer para sobrevivir

En lo que respecta a la supervivencia de las empresas, el tamaño sí importa. El informe de Dinámica de Creación de Empresas de Confecámaras muestra que la tasa de supervivencia en cinco años es mayor en las sociedades, con un 44%, versus las formadas como personas naturales, con un 30%.

Este factor también incide en su movilidad ascendente, definida como la capacidad de crecer. Un estudio de BBVA Research sobre el estado de las pymes señala que las medianas empresas tienen una movilidad ascendente superior (30,8%) frente a las pequeñas (21,2%) y las microempresas (8,5%). Por tanto el crecimiento es tanto una cuestión de supervivencia como de escalabilidad del negocio.

Méndez, de KPMG Private Enterprise, cita “hay una frase de un filósofo griego que ya cumplió más de 2.500 años “nada es permanente, excepto el cambio”. A la hora de hacer empresa y negocios, el statu quo no le va a servir por mucho tiempo más allá de su creación”.

El directivo sugiere encontrar un equilibrio entre la efectividad de la operación y la planeación a futuro. Como parte de ese ejercicio, los pequeños empresarios deben ubicar sus puntos de referencia en el mercado, tanto dentro como fuera del país. “Se dice en la pedagogía de la gestión de la innovación que, al comienzo, algo de ‘copiar’ no es considerado negativo, siempre  cuando ayude en el mediano plazo a diferenciar disruptivamente la estrategia; fuente y senda del escalamiento”.  Ser formales, ser rentables

El estudio sobre el estado de las pymes elaborado por BBVA Research enuncia que entre los principales factores que impulsan la supervivencia empresarial están el acceso a financiamiento, el tamaño, la personería jurídica, el sector en que se ubique la compañía, la integración a clusters y el acceso a mercados más amplios.

Los anteriores puntos conjugan en la formalización. “No es solo un registro (ser formales), es una herramienta clave para convertir un emprendimiento en un negocio próspero y competitivo”, destaca Ovidio Claros Polanco, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá. 

Sin embargo, como plantea María Alejandra Osorio, directora ejecutiva de Acopi Bogotá- Cundinamarca, no están dadas las condiciones para que las pequeñas y medianas empresas accedan más rápido a la formalización. “El entorno para hacer negocios en Colombia no es competitivo debido al alto costo país, que incluye altas tarifas de registro mercantil, costos logísticos y operativos, tasas impositivas que no son progresivas y que no contribuyen a que los emprendimientos y empresas emergentes con vocación de crecimiento puedan formalizarse desde un inicio y a que la tasa de mortalidad empresarial sea muy alta”, agrega.

Este paso, aseguran desde la Cámara de Comercio de Bogotá, les proporciona una ventaja competitiva a las pymes para su escalabilidad, ya que les brinda protección legal y de marca, acceso a proveedores y canales de comercialización, posibilidad de acceder al sistema financiero, visibilidad y reconocimiento en el mercado, y acceso a beneficios y apoyos gubernamentales y privados. 

“La formalización de los pequeños y medianos modelos de negocio no solo es un paso hacia el cumplimiento legal, sino una estrategia esencial para su escalabilidad”, añade Claros.

Para Méndez, se trata además de ser justos y competir bajo las mismas condiciones. “Crear empresa, hacerla crecer y sostenerla en el tiempo no es fácil. La competencia tampoco lo es, menos cuando es desleal”. Al mismo tiempo, una estructura legal y financiera provee a la compañía, desde su etapa pyme, de herramientas para no quebrarse. 


No es una cuestión únicamente de que los pequeños empresarios quieran formalizarse o no, también hay retos regulatorios para incentivar esta transición. “Es crucial fomentar la reglamentación e implementación de políticas públicas orientadas hacia la formalización gradual, incentivos tributarios diferenciados que fomenten la generación de valor agregado y tarifas progresivas en impuesto de renta para las empresas”, insiste Osorio desde Acopi. 

En esa misma línea, Osorio sostiene que la digitalización contribuye a establecer esa estructura financiera sólida y estable, incluso cuando la empresa no haya podido formalizarse, ya que les permite tomar decisiones basadas en información e indicadores.

Ahora bien, las pymes alegan que estas transiciones se ven obstaculizadas por el acceso a capital e inversión; cuando su prioridad es mantener un buen flujo de caja, les resulta complejo destinar recursos a financiar procesos que no consideran tan urgentes como la supervivencia misma.

La falta de financiación también supone un impedimento para el desarrollo de capacidades que consideran como factores de crecimiento. De acuerdo con el BBVA Research, las micro, pequeñas y medianas empresas encuentran que ser exportadoras puede contribuir en su movilidad ascendente; sin embargo, son estrategias que requieren de solidez financiera.


Osorio de Acopi insta a que se creen soluciones financieras adaptadas a las necesidades de las pymes, desde líneas de crédito blandas, garantías subsidiadas y programas de fortalecimiento financiero. Asimismo, resalta que las opciones pueden ir más allá de las tradicionales, apalancando las plataformas tecnológicas y redes de microfinanzas que reducen las barreras de acceso a recursos. 

“Impulsar políticas que reduzcan los costos logísticos y operativos sería un factor determinante para mejorar la competitividad, sostenibilidad y crecimiento de estas empresas”, agrega la directiva. 

Al final la escalabilidad depende de un ciclo que se alimenta a sí mismo: ser formales para ampliar el abanico de posibilidades de financiación y así costear la estructura del negocio, apuntando a un crecimiento sostenido. 


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