Billy Escobar, Superintendente de Sociedades.
Billy Escobar, en entrevista con Forbes, sostiene que aunque el régimen concursal colombiano es el correcto, le faltan algunos ajustes, el principal de los cuales es la Ley Salvamento Empresarial que hace su curso en el Congreso.
A finales de junio, la Superintendencia de Sociedades reveló que las 1.000 empresas más grandes del país alcanzaron ingresos operaciones de $1.313 billones en 2023 y utilidades por $99 billones, en un año retador para el sector privado con un crecimiento de apenas 0,7%.
A pesar de ello, según el reporte de la entidad, todos los macrosectores registraron utilidades, tal como había sucedido en 2022 y 2021.
En un contexto desafiante por la incertidumbre política y social y la volatilidad de variables claves como el dólar, en Colombia 4.638 empresas que están en proceso de insolvencia, una cifra que, aunque corresponde a un acumulado desde 2014, demuestra que el país y la Superintendencia de Sociedades, liderada por Billy Escobar, tienen retos para lograr su salvación y evitar la pérdida de miles de empleos.
¿Qué está haciendo la entidad para lograrlo y agilizar procesos que, según algunos críticos son muy superiores a los definidos por la ley? En diálogo con Forbes Colombia, Escobar respondió esas y otras preguntas claves:
Forbes: ¿Cómo analiza la salud del sector privado dado el contexto de desaceleración y volatilidad en algunas variables claves de la economía?
Billy Escobar: Creo que la salud de las empresas es mejor de lo que algunos dicen. En el informe de las 1.000 empresas se demuestra que hay sostenibilidad y las empresas siguen siendo rentables. Y el empresariado sigue siendo activo y dinámico.
Ahora, hay casos como el sector de los hidrocarburos que resulta afectado por causas exógenas como el comportamiento del dólar, que también afecta y complica la viabilidad de algunas empresas que tienen que reinventarse y reorganizarse, pero la situación en general la veo positiva.
Y yo tengo la autoridad para afirmarlo porque he visitado todas las regiones y me he reunido con todos los empresarios del país, incluso por intermedio de las 58 cámaras de comercio. La entidad está llegando a todas las regiones haciendo campañas de salvamento, brigadas y ferias empresariales. Hasta ahora no he encontrado el primer empresario que tenga una actitud negativa.
De hecho, somos pioneros en la realización de audiencias virtuales y han sido un éxito. La virtualidad ha acelerado los procesos que antes podían durar 3, 4 y 5 años.
Es más, habíamos incluido en la reforma tributaria una normativa pero la Corte declaró inconstitucional por falta de unidad de materia. Pero no nos quedamos quietos, llorando sobre la leche derramada. Lo que hicimos fue promoverla a través del Congreso y ambas cámaras lo hicieron de forma ágil y se aprobó que se volviera ley permanente. Esa es una apuesta para agilizar los procesos.
La otra apuesta es un proyecto de ley que complementa el que acabo de enunciar, denominado ‘De la Insolvencia al Salvamento Empresarial’. Ese proyecto -que ya lo tenemos listo- tiene la virtud de haber sido consultado con todos los actores, con las universidades, los expertos, los organismos internacionales, etc, y preparamos una norma que lo único que busca es hacer justicia para los pequeños acreedores, acelerar los procesos y hacerlos más dinámicos.
Otra apuesta es haber ampliado el espectro de la lista de auxiliares de la justicia que cuando llegamos estaba reducida. Ya llevamos tres concursos para auxiliares nuevos de la justicia y fuera eso ampliamos el espectro porque pensamos que para salvar empresas hay que convocar otros actores que puedan participar, como por ejemplo los ingenieros.
Es un conjunto de acciones más las ferias empresariales o jornadas de salvamento empresarial que hemos hecho en todas las regiones del país y vamos a seguir haciéndolo, con el fin de salvar las empresas y a prevenir que tengan que llegar a la Superintendencia para que se liquiden.
¿Qué retroalimentación han recibido del sector privado sobre estas iniciativas para salvar empresas?
El primer planteamiento que nos han hecho los gremios es un reconocimiento al papel que ha venido jugando la Superintendencia. Nos han dicho que quieren unirse a la causa y acompañar el proceso de salvamento de las empresas. Ellos tienen una actitud de construir y juntos estamos en la apuesta de establecer mecanismos que garanticen la sostenibilidad empresarial. Creo que el camino de la sostenibilidad pasa por la innovación, la celeridad en los procesos que realizamos y el uso de herramientas tecnológicas.
Nosotros hemos avanzado en la construcción de un sistema de información más ágil que nos permita tener un diagnóstico para dárselos a las empresas y a los funcionarios públicos.
Un ejemplo de ello es el Atlas de Insolvencia, donde uno puede hacer un seguimiento de las empresas con problemas. Se trata de una herramienta que puede presentar informes diarios y así el empresariado puede tener una visión directa de la situación.
¿Cuántas empresas están en proceso de reorganización y cómo es un proceso? ¿Cuánto dura típicamente?
Hoy en día estamos hablando de 4.638 empresas que están en proceso de insolvencia, o sea en el trámite de insolvencia. Pero de esas 2.750 ya llegaron a acuerdos con la banca, sus trabajadores y acreedores, etc, y están en lo que se denomina acuerdos en ejecución. Ya salvaron la dificultad. Hay 756 en proceso de reorganización, o sea, en diálogo con sus acreedores para salvarse. Si sumamos las dos, da más de 3.600 empresas que están avanzando en el camino de salvarse y hay otro tanto –1.132- que están en proceso de liquidación.
Esa cifra es el acumulado de procesos desde 2014 pero que realmente ha tenido momentos complejos como la pandemia para los restaurantes, las aerolíneas y otros sectores.
Un ejemplo de esa resiliencia es la de Avianca que hasta hace unos años era una empresa inviable y estaba para liquidarse. Le hicimos un acompañamiento. Otras como Viva no se pudieron salvar pero Avianca es hoy otra vez es una de las empresas más grandes del país con resultados positivos.
Allí también hay un hecho sin precedentes: hemos hecho énfasis con nuestros jueces en que el hecho de que una empresa esté en proceso de liquidación, no quiere decir que termine liquidada sino que la ley establece la posiblidad de que puedan volver a reorganización como ya ha sucedido como por ejemplo Bioenergy o el Cúcuta Deportivo, que se salvaron.
¿Cómo se realizan estos procesos? ¿Quién nombra al promotor?
La norma establece que debe haber un promotor pero el promotor puede ser el mismo representante legal de la empresa. Nosotros hemos hecho énfasis en que lo sea el representante legal de la empresa cuando encontramos que la empresa ha sido juiciosa, que los informes del revisor fiscal y el contralor encuentran que las razones han sido insalvables y externas como la pandemia. O el precio del dólar y al aumento de costos por la inflación. En esos casos designamos al representante legal de la empresa. También puede ser un auxiliar de la justicia de una lista sistematizada que establece los turnos y los cupos que hay para asignarles procesos.
¿Diría que el régimen concursal que tenemos en el país es el correcto para el salvamento empresarial?
Es el correcto pero le faltaban algunos ajustes, que son: la Ley que se acaba de aprobar en el Congreso de manera unánime y el proyecto de ley de salvamento que busca la celeridad y justicia para cubrir el mayor número de acreedores, porque detrás de una empresa en liquidación hay miles de provedores que se ven afectados, que son pymes.
La apuesta nuestra con la reforma es llegar a esas pymes para que en los procesos de insolvencia no sean las más afectadas y en los procesos de insolvencia haya un principio de equidad.
El proyecto ya está listo y tiene la bondad de haber sido construido en forma colectiva, tal como sucedió con un una Ley reciente que se expidió, relacionada con la sostenibilidad y los informes de sostenibilidad en la empresa, que duramos un año construyéndola.
¿En qué consiste esa ley y qué busca?
Es una ley constructiva, de prevención, que implica que en adelante las empresas en sus estados de resultados, además de las pérdidas y ganancias, incluyan los resultados de su apuesta por la sostenibilidad y le cuenten al país que están haciendo por la sostenibilidad.
En el mundo de hoy, las empresas que lo hacen son más perdurables, reconocidas por la sociedad y más rentables. Fuente: Forbes COLOMBIA
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