La polémica Reforma a la Salud, uno de los proyectos destacados del Gobierno Nacional, ha superado la etapa de la Cámara de Representantes, suscitando tanto elogios como críticas en medio de las expectativas para el futuro del sistema de salud colombiano. A pesar de la aprobación de 133 artículos, se eliminaron seis, incluido el controvertido postulado 42 que buscaba otorgar a las autoridades regionales la potestad de designar directivos hospitalarios de manera discrecional, generando preocupaciones sobre el debido proceso.
Un punto destacado fue la exclusión de la facultad especial para que el presidente Gustavo Petro capitalice a la Nueva EPS. Sin embargo, la atención se centra ahora en el Senado de la República, donde el proyecto enfrentará su próximo escrutinio.
Entre los cambios aprobados, el sistema de salud colombiano podría dar un giro de 180 grados, adoptando un modelo de aseguramiento en la salud. Este ajuste implica que la afiliación al sistema de seguridad social ya no se realizará a través de las EPS, sino que varias entidades sin experiencia en el ámbito asumirán funciones como la afiliación y la administración del riesgo técnico y financiero.
La transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida, con coordinación regional, es otro aspecto clave que ha despertado debate. Sin embargo, la falta de claridad sobre el papel de estas gestoras y su conexión con los Centros de Atención Primaria en Salud plantea incertidumbres sobre la efectividad de esta medida.
A pesar de la aprobación en la Cámara, las críticas no se han hecho esperar. Voces gremiales, como Acemi, han señalado preocupaciones, argumentando que el cambio hacia un pagador único del sistema podría comprometer la colaboración público-privada exitosa hasta ahora. Fenalco, por su parte, considera la aprobación como un grave error, mientras que la Andi y cámaras del sector expresan su temor a una regresividad en el sistema de salud colombiano.
Además, el debate sobre el costo de la reforma ha sido un punto álgido, con la falta de aval fiscal del Ministerio de Hacienda generando inquietudes. Según estimaciones, la reforma tendría un costo de $929.000 millones en 2024, aunque la oposición destaca la necesidad de un análisis más detallado sobre la viabilidad financiera de este ambicioso proyecto.
El Senado, que retomará el debate en febrero, se presenta como el próximo escenario crucial para definir el futuro de la Reforma a la Salud en Colombia.
Fuente: La República.
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